Empresas del Estado

Suplemento Zona- Clarín 24 de febrero de 2007

EL ESTADO EMPRESARIO: LA ESTATIZACION DE SERVICIOS PUBLICOS Y LA PROVISION DE ENERGIA

El Gobierno se involucra cada vez más en empresas clave

Se acaba de aprobar el ingreso del Estado al negocio de los aeropuertos. Ya se habían recuperado dos empresas privatizadas: el correo y la distribuidora de aguas. Y en el 2006 se invirtieron $7.500 millones en empresas públicas y privadas. Las críticas de la oposición. Los acuerdos que se vienen.

Gerardo Young.
gyoung@clarin.com

El correo; la administración de los aeropuertos; líneas aéreas; provisión de agua potable y de cloacas; hasta servicios de trenes y la provisión de combustibles. Servicios esenciales de los que el Estado se había desentendido en la década del noventa vuelven ahora a sus manos, en un proceso lento pero consistente y, en apariencia, recién en su génesis.

Desde distintos sectores de la vida política —y hasta en el propio Gobierno— intentan, todavía sin éxito, definir y etiquetar este retorno del Estado como protagonista de la economía. Está claro que no es una nacionalización de los servicios públicos, pero tampoco es lo opuesto y ni siquiera un intento por hacer de las empresas esenciales una mixtura entre lo público y lo privado. En el Gobierno hablan de "un proceso impuesto por la necesidad", según definió a Clarín Gustavo Simeonoff, titular de Uniren, un organismo del Ministerio de Planificación encargado de renegociar, tras la crisis del 2002, los contratos existentes con las empresas privatizadas. En el arco opositor en general no cuestionan el corazón del proceso, pero sí la falta de transparencia y controles de los nuevos fondos y empresas del Estado.

Lo cierto es que desde la asunción de Néstor Kirchner en el 2003, el Estado ha recuperado mucho espacio en empresas de servicios públicos o de infraestructura y energía, que estaban en manos privadas y que han cedido todo o parte de sus acciones. Hay cifras elocuentes: durante el 2006, el Gobierno destinó 7.500 millones de pesos entre préstamos, subsidios e inversiones en empresas públicas y grupos económicos privados, según el último relevamiento de la Asociación Argentina de Presupuesto. Eso representa un 62% más de lo que había colocado en el 2005, cuando en el sector empresario se invirtieron 4.700 millones.

En los próximos días y meses se sellarán nuevos acuerdos para recuperar empresas o asociarse a ellas, como este martes, cuando el Estado se incorpore con un 25% de las acciones a la empresa que está construyendo el puente entre Rosario y Victoria, la constructora alemana Hochtief, a cambio de perdonarle una deuda de $ 52 millones. Y hasta se menciona la posibilidad de que el Estado compre la petrolera YPF, antaño emblema y orgullo de las empresas del Estado. Lo hecho, de todos modos ya es mucho. Aquí, las más importantes inversiones del Estado empresario en la actualidad:

Se recuperó el correo oficial, que sobre el final del menemismo pasó a manos del Grupo Macri y a fines del 2003 volvió a ser administrado por el Estado. La empresa pasó de facturar 550 millones en el 2003 a 700 millones en el 2004 y enseguida empezó a dar ganancias.

Se recuperó la empresa que proveé agua y clocas a la Capital Federal y al primer cordón del conurbano bonaerense. La ex Aguas Argentinas llevaba años sin hacer inversiones de mantenimiento ni expansión. Ahora lleva nueve meses como AySA y hace diez días el Congreso aprobó su marco regulatorio, con el compromiso oficial de invertir más de 17 mil millones de pesos hasta el 2020.

Se ingresó en el paquete accionario de Aerolíneas Argentinas, con un 5%, aunque el Gobierno tiene la opción de extender su porción hasta el 20%. La mayor parte de la empresa sigue en manos de la española Marsans.

Se ingresó en Aeropuertos Argentina 2000, empresa que administra 34 aeropuertos del país y otros negocios aeroportuarios y de infraestructura. El Estado accederá al 20% de las acciones, acuerdo que aporbó el Congreso, con muchas críticas, hace diez días. Autorizó al Gobierno a adquirir el 20% de las acciones de Aeropuertos a cambio de la condonación de una deuda de 849 millones de pesos.

Se le quitó la concesión a la empresa que administraba el Ferrocarril San Martín —la línea que va de Retiro a Pilar— y ahora está siendo manejada, con fondos púlbicos, por una unidad mixta entre empresarios del sector y representantes públicos.

A estas iniciativas —las más notables— hay que sumarle otras formas que viene encontrando el Gobierno para involucrarse en los sectores que considera clave en la economía. En el caso de los trenes, por ejemplo, el Gobierno mantiene en manos privadas la mayoría de las concesiones —salvo el San Martín—, pero alimenta a las líneas ferroviarias con importantes subsidios y hasta les compra vagones e insumos. En el 2006, los subsidios para el transporte ferroviario y aeronáutico superaron los 1.800 millones de pesos, lo que equivale a tres presupuestos anuales del Congreso nacional.

Si el Estado pone tanta plata, ¿para qué sirven los concesionarios? "Es una pregunta que todos nos hacemos, o mejor dicho, que ya debemos empezar a hacernos", dijo a Clarín un importante fuente del ministerio de Planificación, que controla el área, y donde advierten que de haber cambios en la administración de los trenes, no serán durante el 2007. Este año se mantendrá todo igual: mucho subsidio a los concesionarios y el congelamiento de los precios del transporte público de pasajeros.

Hay sectores de la economía donde el Gobierno intenta colarse en el mercado para competir o imponer precios de referencia. En ese camino se crearon empresas como Arsat (para emprendimientos satelitales) o la aerolínea estatal LAFSA, que intentó absorver a la privada Souther Winds, sin éxito, y no llegó a comprar ni siquiera un avión, a pesar de que sigue consumiendo presupuesto (5,2 millones para este año). La apuesta más fuerte de las empresas nacidas y criadas durante este gobierno, es sin duda la energética Enarsa.

Aunque todavía es más proyecto que certeza, Enarsa recibió en el 2006 más de 300 millones de pesos de presupuesto para su puesta en marcha, mientras el Gobierno firma acuerdos para asociarla a sus pares de Venezuela, Bolivia, Brasil y más. El ministerio de Planificación ya anunció que para Enarsa analiza la compra de una red de estaciones de servicio —Rhasa— y en los últimos días tomaron fuerza versiones de que el Gobierno estaría planenado la compra y recuperación de YPF, la histórica explotadora de los yacimientos argentinos que hoy administran fondos españoles. "Será un golpe de efecto espectacular, como el pago al FMI. Y se hará igual, con fondos del Tesoro. Ya se separaron 11.200 millones de dólares", dijo a Clarín uno de los hombres de Gobierno que alimenta esa idea como broche de la gestión K, aunque en su momento fue Kirchner, como gobernador de San Cruz, uno de los que votó a favor de la concesión de YPF en manos privadas. ¿Será cierto que se recuperará la petrolera nacional? Oficialmente se desmientó. Por ahora es eso.

La memoria colectiva suele tener, como todo ejercicio de la voluntad, sus trucos y piruetas. El Estado empresario remite a la década del ochenta, cuando la vieja empresa de correo colapsaba y los trenes perdian año a año plata y prestigio. Pocos son los que recuerdan, en cambio, que los trenes hoy subsisten sólo gracias a subsidios del Estado y que el correo se declaró, en manos privadas, al borde del default. Ahora bien, ¿cómo funcionan las nuevas empresas del Estado? ¿Son parecidas a las gigantezcas moles que abrieron la puerta a las privatizaciones?

"Los primeros tiempos fueron dificiles porque la memoria con las empresas públicas está viva. Tuvimos que hacer un esfuero para demostrarle a nuestros clientes que veníamos con una voluntad de cambio", le dice a Clarín el presidente del Correo oficial, Eduardo Di Cola, un dirigente peronista elegido por Kirchner para este cargo. La clave, según Di Cola, es mantener la lógica competitiva de una empresa privada sin perder de vista el proyecto público: que se debe garantizar el servicio en los lugares donde no es rentable.

—¿Hacen licitaciones para las compras?— le preguntó Clarín.

—No, no se podría. Para mantenerte competitivo tenés que tener las mismas herramientas que el resto—, se sinceró. Y aquí una de las críticas de la oposición. Las empresas reestatizadas están siendo creadas como sociedades anónimas y no como sociedades del Estado. Eso les da algunos beneficios —como flexibilizar los procesos de compras— pero naturalmente reduce los controles.

El Correo volvió a manos del Estado a fines del 2003 y dio inicio a la saga. Desde entonces, y con la crisis y el estado de emergencias declarados, el Gobierno se puso a renegociar los contratos con todas las empresas privatizadas o concesionadas durante la déacada del «+90. Hoy el proceso está avanzado y ya se firmaron acuerdos con 43 empresas en renegociación. Fue en ese marco donde nacieron muchas de las estatizaciones totales o parciales.

"Nuestra idea es que sigan los privados mientras se pueda. La política del Gobierno es que el Estado interviene cuando no hay otro camino", dice el presidente de la Uniren, la Unidad encargada de esas negociaciones. La última negociación que devino en la intervención del Estado en una empresa, fue el acuerdo aprobado el martes 20 de febrero en el Congreso. Allí se decidió que el Estado tendrá el 20% de las acciones de Aeropuertos 2000, a cambio de perdonarle a esa empresa una deuda de 888 millones de pesos.

Un caso diferente fue el de la distribuidora de aguas en la Capital y parte del conurbano. Los dueños mayoritarios de Aguas Argentinas se fueron del país el año pasado y el Gobierno decidió hacerse cargo de la empresa. "Era un tema urgente. El agua es un tema urgente", dice XXXX, de la Uniren. En Aysa, el Estado tiene el 90% de las acciones —el 10% restante es de los trabajadores— y tiene representantes del gobierno nacional, del de la ciudad de Buenos Aires y de la Nación. A diferencia de lo que ocurrió en el Correo oficial, en Aysa se nombró en la presidencia a un sanitarista con experiencia, Carlos Ben, que había trabajado para Obras Sanitarias —antes de la privatización— luego para la privatizada y ahora otra vez para el Estado. Ben también habló con Clarín: "La diferencia es que antes no se invertía y ahora sí.
El correo

Volvió al Estado a fines del 2003. Factura $750 millones al año y en 2006 tuvo ganancias por $22 millones. Mantiene tarifas congeladas.

Aguas y cloacas

Aysa acaba de cumplir 9 meses en el Estado. Abastece a la Capital y al primer cordón del conurbano. No da pérdida y factura $700 millones al año.

Aeropuertos

El Estado recibirá el 20% de las acciones de la administradora de los principales aeropuertos del país. A cambio, le perdona deudas por $849 millones.

Energía

Enarsa fue creada para poner precios de referencia en el mercado energético. Es la gran apuesta oficial y ya tiene $360 millones de presupuesto.

http://www.clarin.com/suplementos/zona/2007/02/25/z-03215.htm

La inflación K. El punto debil.

Artículo de la revista Fortuna

Inflación, el mejor plan de los opositores

Las grietas en el mayor de los éxitos K La economía es la principal fortaleza del Gobierno de cara a las elecciones. Pero es también su talón de Aquiles. Los errores tácticos en el año de la economía como eje de la política.

Por Diego Valenzuela












Se transita un año político, en el que la economía está en el centro de la escena. Y lo está, paradójicamente, tanto como punto fuerte del Gobierno como representando una esperanza de cambio para los opositores. El oficialismo se refugia, cada vez que las circunstancias lo apremian, en los buenos datos económicos. Como cuando sucedió la derrota en Misiones y el Presidente salió a cambiar el humor hablando de los logros económicos y por lo bajo se dedicó a dar por terminados los intentos releccionistas provinciales que estaban en marcha en Jujuy y Buenos Aires.

FORTALEZA O DEBILIDAD.

Siempre se dice, aquí y en el mundo, que es muy difícil que pierda una elección un gobierno al que le va bien económicamente (a no ser que medie algún hecho político conmocionante, como fueron los atentados de Atocha para el Partido Popular en España). En la economía radica la principal fortaleza de Néstor Kirchner, pero en ella se esconde también la posibilidad de un cambio de humor social que le puede hacer perder popularidad y margen de maniobra. La escasez energética y la aceleración inflacionaria así lo han sugerido durante los últimos meses. En general se analiza cómo la política impacta en la economía, cómo las pujas políticas meten ruido en el proceso de toma de decisiones de los agentes económicos. En la actualidad, en cambio, se trata de analizar cómo la política hace uso de la economía con fines de legitimación o desgaste del adversario. La inflación ha quedado en el centro de la discusión política y lo estará hasta el momento de la elección.
"Se han abierto grietas en la política oficial, que nos permiten albergar esperanzas de tener una elección más competitiva, y se van a acentuar de aquí a octubre. La principal es la inflación", asegura un dirigente opositor que milita en el campamento lavagnista. La inflación creciente, especialmente en alimentos, las actitudes sospechosas de Guillermo Moreno, el intervencionismo oficial en los mercados y, por último, la manipulación de las estadísticas del INDEC, se combinan en un cóctel que representa un dilema político para el Gobierno. En la opinión pública ya se instaló que hay más inflación y que no resultan creíbles los índices oficiales. Pero además, el Gobierno no quiere enfriar la economía (resiste presiones por ser un año electoral), y aspira a hacer posible algo siempre difícil: alto crecimiento con baja inflación. Y lo logra parcialmente, pero con acuerdos que han mutado en controles, intervención en las decisiones empresarias, presiones políticas, y manipulación de las estadísticas. Logra bajar los índices pero paga costos políticos, y además observa cómo el aumento de precios de alimentos se dispara hasta un 2,6 % mensual en enero, un 35 % anual si se proyectan a todo 2007 los datos de los últimos tres meses (aumento del 7,6 %). Un resultado que pone en duda la efectividad actual de los acuerdos o controles de precios. Así las cosas, la economía es la máxima fortaleza para el Gobierno de cara a las elecciones, por el elevado y sostenido crecimiento, y por la evolución del consumo, el empleo y la producción, que sin dudas contagian de optimismo a buena parte de la sociedad. Pero llamativamente, por los efectos del alto crecimiento, la economía también aparece como el talón de aquiles del Gobierno.
OTRA VEREDA.
No sólo el oficialismo manipula a la economía: la oposición viene buscando cómo esmerilar a Kirchner no sólo con sus "descuidos" institucionales sino también con aspectos derivados de la política económica, como la llamada crisis energética o el rebrote inflacionario. La primera se quedó en veremos, porque a pesar del elevado calor de diciembre y enero (y de tener todos los aires acondicionados prendidos a la vez), el sistema eléctrico se ha mantenido funcionando sin grandes sobresaltos. No era cierto que no pasaba nada, porque es cierto que falta energía, pero tampoco era cierto que en tiempos de calor se venía una catástrofe.
La oposición ha sobreactuado por razones políticas la inminencia de una debacle energética.
Ahora es la inflación el tema preferido. Hasta podría decirse que hoy el programa opositor se reduce a que le vaya mal al Gobierno para que cambie el escenario y el humor político de la sociedad. Y que la principal propuesta de los opositores es que suba aún más la inflación. Necesitan grietas en el poder presidencial, y hoy la inflación juega el rol que jugó hace meses la "crisis energética". Como la economía está firme y no hay grandes flancos para debilitar al Gobierno en este terreno, se apuesta por el miedo a la inflación. Es cierto que el oficialismo le entrega pretextos servidos a los opositores, como ha sucedido con su burdo manejo de las estadísticas. Sacar funcionarios justo con un índice caliente o poner como insumos para armar el IPC a información de organismos del Poder Ejecutivo en lugar de datos de precios relevados en el campo son pasos en falso que tornan inverosímil al IPC de enero. Pero hoy en la Argentina hay una oposición fragmentada que come de los problemas de la política oficial (energía, precios, Misiones) y a la que le cuesta encontrar temas diferenciadores por la positiva. La economía es terreno clave para la discusión política en este año electoral. Ya no es la inseguridad, menos la educación o las relaciones internacionales (salvo por el conflicto por las pasteras con Uruguay). A la economía la manipulan tanto los oficialistas como los opositores, generando confusión, descreimiento o miedo en la sociedad. El Gobierno está firme con su receta: alto crecimiento, control de la inflación con métodos "heterodoxos", y gambeta a todo tipo de ajustes o correcciones. La oposición, encerrada en su incapacidad para plantear una verdadera instancia superadora, queda reducida a agrandar las grietas que aparecen o que deja abiertas el Gobierno, especialmente en el campo económico.

Comercio exterior.Venezuela

LA RELACION CON CHAVEZ : EL VIAJE DE KIRCHNER A VENEZUELA

Chávez volvió a comprar bonos argentinos: US$ 750 millones



Se anunció ayer, en el marco de la cumbre entre los presidentes de los dos países. Hoy firman una decena de acuerdos. Entre ellos, la refinanciación para SanCor y la puesta en marcha del Banco del Sur.

Guido Braslavsky PUERTO ORDAZ. ENVIADO ESPECIAL
gbraslavsky@clarin.com

Lote 6, yacimiento Ayacucho, Franja del Orinoco. Parece una dirección postal, pero se trata de la denominación del sector petrolífero que explotarán en conjunto PDVSA y Enarsa, en medio de una sabana habitada por tigres, alacranes y víboras coral, a dos horas de auto de esta ciudad por caminos polvorientos.Hasta allí llegarán hoy por la mañana los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez para inaugurar el primer pozo y encabezar la firma de una decena de acuerdos bilaterales que incluyen el crédito de US$ 135 millones para el salvataje de SanCor, la puesta en marcha del Banco del Sur, y el anuncio de la compra de bonos argentinos por US$ 750 millones, que se suma a otros US$ 4.000 millones ya adquiridos por ese país.


Los acuerdos abarcan diversas áreas y son indicativos de la evolución que ha tenido el vínculo de la Argentina con Venezuela y de la intención de ambos gobiernos de seguir profundizando esa relación. Kirchner decidió en la noche del lunes adelantar el horario de su vuelo y finalmente llegó aquí, poco después de las 13 (una hora más en la Argentina). Como estaba previsto, por la noche cenó con Chávez en el complejo que pertenece a la represa hidroeléctrica Macagua, un sitio recoleto, inaccesible para el público e ideal para el descanso. Kirchner se alojó y pasó la noche en uno de sus bungalows, con vista al río Caroní. Allí hubo reuniones en la tarde, donde los ministros de ambos países ultimaron detalles. Entre tanta agenda económica se coló la política cuando Kirchner recibió durante media hora a una delegación de la comunidad judía venezolana, encabezada por su titular, Fred Pressner. La comunidad judía local tiene mala relación con Chávez, y fue el titular de la DAIA, Aldo Donzis, quien le pidió a Kirchner que la recibiera en este viaje. En cuanto a los acuerdos que se firmarán hoy, había una gran expectativa en la delegación que acompañó al Presidente. La ministra de Economía, Felisa Miceli, confirmó que habrá una nueva emisión de US$ 1.500 millones de Bonos del Sur argentino-venezolanos, que serán vendidos en Caracas a inversores venezolanos. Como parte de esa emisión, Venezuela compró US$ 750 millones de Boden 2015 argentinos, dinero que depositó el pasado viernes, según informó Miceli.En lo que hace al Banco del Sur, un emprendimiento impulsado por ambos países, se conformará una comisión que en 120 días deberá definir sus objetivos y conformación. Miceli dijo que "imaginamos un banco de inversión que financie empresas locales en su proyección, obras de infraestructura y a las pymes en condiciones favorables". El ministro de Planificación, Julio de Vido, destacó por su parte la perforación que hoy iniciarán simbólicamente los presidentes y aseguró que la relación con Venezuela es "inmejorable".

De Vido dijo que en setiembre estarán certificadas las reservas petroleras del área que explotan PDVSA y Enarsa. Se estima que podrán extraerse unos 300 mil barriles diarios de petróleo; hoy la producción argentina es de 700 mil. De Vido precisó que "el 48% de las reservas serán para Argentina, y en 2009 se verán los primeros resultados".Los restantes acuerdos que se firman hoy incluyen la compra por parte de Venezuela de 10 mil toneladas de carne y 5 mil de pollo, la compra de 40 autobuses a la Argentina, la transferencia tecnológica del INTI e INTA y la radicación de empresas argentinas en Venezuela para construir viviendas, crear frigoríficos y transformar vehículos a GNC.

Antecedentes

La primera emisión de Bonos del Sur, por un total de 1.000 millones de dólares, se colocó en el mercado el 13 de noviembre pasado. El título binacional fue presentado como un "salto cualitativo" en la relación financiera entre los dos países. En el año y medio anterior, Venezuela había comprado 4.000 millones de dólares en Boden 2012 y Boden 2015, convirtiéndose en una suerte de "prestamista de última instancia" de la Argentina, un rol que relegó el FMI.

Cuestión de números
Marcelo Canton
mcanton@clarin.com

Con los US$ 750 millones en Boden que compró Venezuela, ya tenemos cubiertas el 35% de las necesidades financieras del país para el año. Y recién estamos en febrero", se ufanaban ayer en el equipo de Felisa Miceli. Al aporte de Caracas se debe sumar, claro, otro bono colocado en el mercado local por el Gobierno, el Bonar VII. Pero deja en claro cuál es el peso de la relación bilateral, que se ha convertido en la línea de financiación más rápida y directa para el Ejecutivo. Si a eso se le suma la solución financiera para la deuda de SanCor, y el petróleo venezolano que recibiría Enarsa, se puede dimensionar el peso de la relación bilateral. Más allá de la ideología o los tironeos internacionales.

Comentario de Argentina K
Nestor y Hugo

Como dos grandes amigos, Nestor y Hugo comenzaron una relación cada vez más “carnal”, como aquella de la que se hablaba en los tiempos de Carlos, la que existía sin pudores, entre nuestro país y la potencia del norte.
Lo cierto es que Hugo, tiene la billetera llena y como buen amigo, lo invita a Nestor a compartir su bonanza. No le ha ido mal al gobierno K con esta asociación.
A pesar de todas las críticas que puedan hacerse, recordemos que Venezuela, nos sacó las papas del fuego en el momento mas duro de nuestro aislamiento pos-default, cuando nadie nos tiraba una moneda. Y ahí es, en las malas, –dicen -cuando se ven los verdaderos amigos. Desde la derecha se critica esta asociación por temor a un reto de EEUU (Chavez pertenece al "eje del mal"¿?, según el buenazo de Bush), lo cierto es que algunos anuncios que aparecían como delirantes, o burbujas de fantasías, hace dos o tres años, hoy comienzan a tener réditos concretos y prometen reforzarse.
El gobierno, no solo se asegura financiamiento en el corto y mediano plazo, sino que promete avanzar con el incremento del intercambio comercial ( la balanza comercial entre los dos países, se multiplicó por 10 desde el 2003) y en la búsqueda de recursos energéticos.
No se equivoca Nestor, en esta Argentina K, en ser agradecido con un amigo, y en demostrar que aquellas primeras ideas de emprendimiento conjunto que parecían lejanas, hoy se hacen realidad, entre abrazos y risas.

Deuda externa y Reservas

Revista Fortuna.Febrero de 2006

Revisionismo con el canje de deuda

Una "hazaña" cada vez más cara. Kirchner y Lavagna se disputaron, en su momento, la paternidad de la renegociación de la deuda. Pero el acuerdo con los bonistas se encarece de la mano del crecimiento y ahora la disputa es por el reparto de las culpas. La polémica.

Por Diego Valenzuela


Fue tan beneficioso cómo se creía el canje de deuda o el país está pagando sumas excesivas a la luz del crecimiento económico? A poco tiempo de aquella acalorada negociación entre los bonistas y el Gobierno, hoy los economistas y los protagonistas de aquella historia empiezan a discutir sus consecuencias.
La historia es conocida: el Gobierno hizo una mejora en su propuesta original pero dentro de un marco de dureza, no entregó un pago en efectivo como muchos pretendían y obtuvo una aceptación del 76 %, por encima de la pronosticada, y con una quita del orden del 60 %. Desde entonces se instaló la idea de que fue una negociación exitosa para el país al punto de ser hoy materia de debate político la paternidad de aquella gestión, entre Néstor Kirchner y Roberto Lavagna, entonces socios y hoy adversarios. Ambos se presentan como los verdaderos responsables de "la hazaña".
Pero el revisionismo se ha instalado, especialmente a la luz del inédito crecimiento que ha tenido el país durante este tiempo. Las proyecciones de crecimiento para 2006 que manejaba Economía en los tiempos del canje hablaban de un incremento del PBI del 4 %. La actividad económica, sin embargo, siguió creciendo por encima del 8 %. Y esto no es menor, si se tiene en cuenta la gran innovación de la propuesta argentina: el cupón atado al crecimiento.
En aquel momento los acreedores no lo valuaron suficientemente, pero desde entonces han ganado mucho dinero gracias a que el país mantuvo su tasa de crecimiento. En realidad, y vale recordarlo, los que aceptaron no lo hicieron pensando en el cupón. Y además no había experiencia en este tipo de soluciones antes de que la Argentina la impulsara.
CRITICAS.
Alfonso Prat-Gay tiró la primera piedra. Sacando a la luz sus diferencias con Kirchner y Lavagna, y quizás todavía enojado por su desplazamiento del Banco Central, escribió en La Nación una columna titulada "La quita de la quita", en la que relativizaba las supuestas ventajas que se consiguieron con el canje de deuda realizado por el país en 2005. "Sucede con la renegociación aquello que ocurría con la convertibilidad: pocos la entienden, pero todos la quieren", ironizaba el ex Presidente del BCRA.
Sin medias tintas, objetaba el calificativo de "exitosa" y se centraba en los llamados "valores vinculados con el PBI". Según él, existe un pasivo escondido vinculado con el crecimiento del PBI, que no se visualiza en la deuda pública nacional, y sólo en los papeles se obtuvo una quita nominal de 54 %.
Sus objeciones son dos: no se tuvo en cuenta el costo fiscal de los incentivos con los que se tentó a los bonistas, como el ajuste por inflación. Según Prat Gay, "el valor de la deuda nueva aumenta mil millones de dólares cada vez que la inflación supera a la devaluación por seis puntos porcentuales", y además reduce la quita obtenida. La mayor concesión para Prat Gay es asociar los pagos a la evolución del producto. Juzga a este incentivo como "costoso e ineficaz". ¿Fuimos demasiado generosos como argumenta Prat Gay? ¿La quita se reduce a 35 % desde el 60 % promocionado en su momento?
Todo esto sin pensar en los que quedaron fuera del canje, que representan también un pasivo contingente. Tanto Economía como el Banco Central los tienen en cuenta, pero no aparecen en las estadísticas de deuda, y el Presidente ha decidido no ofrecerles nada para bajar al mínimo sus pretensiones. Martín Redrado le propuso una idea de pago hace un tiempo al Presidente pero Kirchner la rechazó de plano.
Prat Gay dispara munición gruesa: según él, la Argentina tienen hoy un nivel de deuda en dólares superior al de principios de 2001, contabilizando estos pasivos encubiertos, y todo esto a pesar de la elevada quita implícita en el canje. A su modo de ver las cosas, la Argentina hizo un pago excesivo y puede terminar pagando más de lo que otros países debieron abonar en otras reestructuraciones de deuda. Y se armó el debate.
OPINIONES.
"No hay que hacer las cuentas en términos nominales como hace Prat Gay, sino en valor presente. No es lo mismo u$s 100 hoy que u$s 100 a 30 años", sostiene Ricardo Delgado, economista y coordinador de la consultora Ecolatina. Claro, los u$s 100 a 30 años no tienen interés y, de traerlos a hoy, hay que aplicarles una tasa de descuento. En opinión de Delgado, "si ahora se quiere romper la reputación recuperada pongamos un límite al cupón atado al crecimiento, pero la realidad es que no se pensaba que se crecería a estas tasas. Yo creo que la reestructuración de la deuda generó un horizonte financiero despejado y explica en parte por qué la Argentina está como está hoy".
El economista Miguel Olivera coincide en su blog (olivera.blogspot.com/) afirma: "Prat Gay comete un error infantil: cualquier estudiante de introducción a las finanzas entiende que un peso en la mano hoy vale más que un peso mañana y que una promesa de pago sólo si nos va muy bien es muy diferente a una promesa de pago en cualquier estado de la naturaleza". En un punto si le da la razón: el cupón paga por la historia acumulada y no sólo por la performance del año en cuestión, y eso aumenta su peso.
Un estudio reciente del Banco Río coincide con los argumentos de Prat Gay pero los interpreta de otro modo, como algo positivo para el país dado que, gracias al crecimiento, se está recuperando reputación. "En la medida que en los próximos años se mantengan tasas elevadas de crecimiento, se acelerarán los pagos llegando en el límite, a reducir a cero la quita nominal del último canje de deuda.
El economista Eduardo Levy Yeyati, de la Universidad Di Tella aporta lo suyo: "El canje de la deuda extremó las posibilidades de renegociación de Argentina, obteniendo una reestructuración que cambió, por lo menos en el mediano plazo, la ecuación financiera del país. Hoy Argentina tiene menos deuda y de mejor calidad que la mayoría de los países de la región, y puede sostener el tipo de cambio".
El pago atado al crecimiento es el nudo de la cuestión. Levy Yeyati acepta que implicó una perdida financiera para el país y que -ex post- se podía haber ahorrado plata haciendo un pago en efectivo, pero advierte: "Calcular la pérdida tomando los valores actuales del cupón es un error. El cupón era un seguro destinado a pagar más en tiempos de bonanza (y menos en las crisis), por lo que este pago adicional no debe computarse como un costo. Hacer esto es como pensar que cada vez que no choco con el auto estoy perdiendo dinero con el pago al seguro".

Pagina/12- Domingo 18 de febrero
Las reservas y el fuego inflacionario

Por Marcelo Zlotogwiazda
Con las compras de la semana pasada las reservas del Banco Central alcanzaron el viernes los 34.225 millones de dólares, lo que representa, además de un record histórico, 2200 millones de incremento en apenas el mes y medio que transcurrió de 2007. El acumulado quintuplica el mínimo de reservas al que se llegó en plena crisis a mediados de 2002, y la mayoría de los economistas da por descontado que hacia fin de este año el colchón de divisas superará los 40.000 millones de dólares. Los economistas consultados coinciden en que se trata de un nivel exagerado si se considera a las reservas como un reaseguro frente a eventuales shocks externos, pero opinan que el objetivo principal de las compras no es ése sino el sostenimiento de la cotización del dólar. En cuanto a la posibilidad de usar una parte para financiar algún gasto, la desaconsejan porque sería un factor adicional de presión inflacionaria.

“Se dice que el objetivo de la acumulación de reservas es evitar que la economía sea vulnerable ante cualquier shock externo, pero lo cierto es que el factor determinante y excluyente es a esta altura impedir que baje el tipo de cambio mediante las compras del Banco Central”, señala el consultor y ex funcionario Miguel Bein.

Fue el propio titular del Banco Central, Martín Redrado, quien en mayo de 2005 había afirmado que “estamos buscando consolidar nuestras reservas pero no tenemos como objetivo el tipo de cambio”. Pero desde entonces a esta parte fue quedando bien en claro que el propósito central es mantener la paridad nominal del dólar. Es sabido que sin la intervención del Banco Central como demandante, el fenomenal excedente de divisas que arroja la balanza comercial y la cuenta corriente en general, empujaría la cotización hasta ubicarla probablemente más cerca de los 2 que de los 3 pesos por dólar.

Otro consultor y ex viceministro, Jorge Todesca, comparte con Bein la idea de que “fundamentalmente se busca no dejar caer el tipo de cambio, que es un instrumento que el Gobierno ha puesto explícitamente en lugar destacado”. Sin embargo, agrega que “lo que está sucediendo en la Argentina con las reservas forma parte de una tendencia generalizada en las economías emergentes, donde se observan niveles mucho más elevados que en el pasado”. Por citar sólo algunos ejemplos China ya superó el billón de dólares de reservas, Rusia ronda los 300.000 millones, India se aproxima a los 200.000 y Brasil está cerca de los 100.000 millones de dólares. Entre las causas de este fenómeno sobresale que la mayoría de los países emergentes tiene excedentes comerciales, como consecuencia de los extraordinarios precios de las materias primas y de los commodities industriales, y también como contrapartida del fabuloso déficit de intercambio de Estados Unidos, que en los últimos doce meses trepó a la friolera de 830.000 millones de dólares.

Tudesca aporta otro incentivo para sumarse a la moda de abultar reservas: “Hay que tener en cuenta que hasta hace algunos años el sistema mundial funcionaba con el Fondo Monetario como institución de asistencia financiera para las emergencias, pero dado el desprestigio en el que ha caído la mayoría prefiere no confiar en ese mecanismo de compensación, y por ende se preocupan en tener reservas elevadas”.
La misma explicación surge de un extenso ensayo sobre el tema elaborado por el Banco Central en agosto pasado, que lleva como título “La política económica de la acumulación de reservas: nueva evidencia internacional”, que tiene entre sus autores a Martín Redrado, junto a Jorge Carrera, Diego Bastourre y Javier Ibarlucía. En el trabajo se dice que “la teoría siempre subrayó como motivo fundamental para mantener reservas su rol precautorio para la suavización de shocks externos. Con el tiempo la principal fuente de perturbación externa pasó de los problemas de cuenta corriente a los problemas de financiamiento y la volatilidad de los flujos de crédito. En particular, numerosos modelos discuten el rol de las reservas como mecanismo de autoaseguración frente a crisis”. Una autoaseguración que surge ante “la ausencia de una arquitectura financiera global confiable con un prestamista de última instancia”. Ese prestamista era el ahora denostado FMI.
De todas maneras, Bein y Todesca, lo mismo que Dante Sica, titular de la consultora Abeceb, coinciden en que el actual nivel de reservas sobra para enfrentar una eventual crisis, que por otra parte no avizoran. Y si se acumulan sobrantes, como ya se dijo, es porque lo que importa es que el dólar no retroceda.
Para tener una noción del sobrante, en un trabajo publicado en diciembre por Vitoria Saddi –una asistente del renombrado estadounidense Nouriel Roubini– que sintomáticamente se titula “El costo social de acumular reservas en países emergentes”, se citan los criterios de “reserva óptima” que utiliza Dani Rodrik, un prestigioso economista de Harvard. Según Rodrik, las reservas deberían cubrir cuatro meses de importaciones y ser equivalentes a una quinta parte del circulante monetario más los depósitos en cuenta corriente y caja de ahorro. En la Argentina los 34.225 millones de dólares del viernes cubren casi exactamente un año entero de importaciones y no están lejos del 100 por ciento del circulante más los tipos de depósitos mencionados.
Mucho más sobrante habrá a fin de año. Según Sica, “se llega fácilmente a los 40.000 millones de dólares”. Ni hablar si a fines de 2005 el Gobierno no hubiese utilizado 9500 millones de dólares de las reservas para cancelar de un saque toda la deuda con el Fondo. Pero aun sin eso, lo que hay ahora supera en 8000 millones de dólares el máximo de reservas que se alcanzó durante la convertibilidad en 1999.
¿Y si hay sobrante, por qué no usarlo? Una alternativa podría ser cancelar más deuda (con el Banco Mundial o el Club de París, por ejemplo) repitiendo la jugada con el Fondo. “No tiene sentido porque no se ganaría nada. En todo caso, el pago al FMI sirvió para sacárselo de encima, y desde un punto de vista conceptual se pagó con reservas los préstamos que el Fondo en teoría había otorgado para fortalecer las reservas”, responde Todesca.
Otra posibilidad sería usar una parte para financiar gasto interno en alguna de las tantas necesidades que existen. Una vez más, Bein, Sica y Todesca están de acuerdo en desaconsejarlo, con el argumento de que sería echar nafta a un incipiente fueguito inflacionario.

Inflación. Intervención al INDEC

La intervención del número más temido

El índice de precios aumentó 2,1%, más de cinco décimas que la previsión oficial. El dato provocó una purga en el ente que elabora las estadísticas. El maquillaje a las cifras y el debate de fondo: ¿suba coyuntural o inflación reprimida?


Por Lucio Di Matteo
Fuente: Revista Fortuna


http://www.revista-fortuna.com.ar/ed_0192/notatapa.html

Mataron al mensajero, y ahora van a tapar el sol con un dedo. Dos frases trilladas, pero que explican el cambio de la funcionaria que elabora el Indice de Precios al Consumidor (IPC) en el INDEC. Graciela Bevacqua, quien ahora disfruta de unas vacaciones forzosas, era la directora de Precios del organismo oficial. Es decir, la mensajera encargada de dar una mala noticia: la inflación de enero superaría ampliamente al 1,3% del mismo mes de 2006. ¿Llegaría –como durante el primer mes de 2005– al 1,5%, tal como voceros oficiosos del Gobierno se encargaron de instalar? Con los datos prelimares de los últimos días de enero, en Economía corroboraron que el problema era mucho mayor: sin retoques, la inflación real del mes llega a 2,1%, según confirmaron a FORTUNA fuentes del organismo a cargo del relevamiento.

El dato resulta intolerable para la presidencia de Néstor Kirchner, en el inicio del año electoral. Pero el problema no es sólo leído en términos políticos sino también económicos. El promedio de inflación del primer trimestre, en general afectado por la estacionalidad, suele marcar la tendencia de la evolución de los precios durante el resto del año. Un indicador apenas décimas por debajo del que se registró en enero de 2002, cuando se devaluó después de once años de convertibilidad y estabilidad de precios, genera una expectativa inflacionaria de dos dígitos largos (¿por arriba del 15%?), difícil de calmar y fácil de convertir en realidad.

"Por unas décimas por arriba del 1,5% que se esperaba, pero sobre el que todo el mundo estaba atento, no valía la pena hacer un cambio de estas características. El problema es mucho mayor, por eso se avanzó tan rápidamente sobre INDEC", admitieron fuentes oficiales. En este contexto, en el Gobierno calcularon –mal– que tal vez era mejor pagar el costo político de un despido desprolijo, que el de una inflación en franca alza.

ALTA INFLACIÓN. Un reconocimiento oficial de que la inflación superó las previsiones del propio Gobierno, deja a la administración kirchnerista mal parada respecto de su capacidad de gestión para tener bajo control las variables económicas clave. Además, abona la teoría de quienes creen que, más que un efecto coyuntural por el aumento de consumo en el verano, el foco está en la inflación reprimida combinada con políticas expansivas tanto de emisión monetaria como de gasto público.

La reimplantación de este debate, por sí mismo, hacer resurgir el riesgo de la profecía autocumplida. Quizás por ello, dos economistas de signos opuestos prefieren bajar el tono, pero sin dejar de reconocer que la economía argentina es, hoy, intrínsecamente inflacionaria. "Un 2% en enero no proyectaría automáticamente alta inflación para todo el año. Pero, con la economía en franca expansión, los precios están en pole position", señala Carlos Melconian. "Enero siempre tiene alta inflación por estacionalidad, a lo que este año se suman las cuotas de las prepagas. En cuanto al resto del año, el pobre comportamiento alienta una inflación que difícilmente baje del 1% mensual", apunta Claudio Lozano.

En cuanto a enero, según el análisis técnico de los confidentes del INDEC, el índice de precios se disparó por la conjunción de un mayor consumo estacional por vacaciones de verano, apuntalado por el gasto de los turistas del exterior que ejerce fuerte presión sobre los precios. El golpe de gracia lo dieron los aumentos de las prepagas: otro error de cálculo del Gobierno, que previó un incremento no mayor a 10% de las cuotas y más tendiente a 6% que el 22% que las empresas de medicina privada comenzaron a aplicar. "Con este aumento de las prepagas, es difícil que el IPC llegue a menos que 2%, excepto que se cambie la forma de medirlo", confirma Melconian.

Otra lectura, en tanto, apunta a las regulaciones, controles, acuerdos y la inflación contenida. Desde esta perspectiva, el indicador de enero es sólo el síntoma del problema de fondo, la falta de sinceramiento de precios y las distorsiones de los precios relativos.
Ante este panorama, las políticas económicas posibles son varias:

Monetaria: absorber dinero en circulación (secar la plaza, en la jerga financiera) para restarle presión al consumo. Una decisión de estas caracterísiticas traería aparejado, por un lado, un enfriamiento de la economía, costo que muchos asesores públicos y privados (incluso el ex ministro Lavagna, días antes de su alejamiento del Gobierno) le aconsejaron a Kirchner asumir. Por el otro lado, implicaría menor emisión del Banco Central para comprar dólares, con lo cual la cotización del billete podría tender a bajar de los $ 3, otro efecto no deseado por el Gobierno.

l Oferta: incentivar inversiones para que haya más bienes a menos precios, particularmente en aquellos sectores en los que se registran cuellos de botella y presionan sobre el índice de inflación como la energía. En la actualidad, gran parte de la inversión se refiere a construcción residencial, que no produce mayor oferta de bienes.

Salarios: moderar los aumentos para, otra vez, contener el incremento del consumo y también la expectativa inflacionaria que la suba produce.

l Gasto público: a la par del aumento de los ingresos fiscales, el Gobierno viene aumentando el gasto público sin poner en riesgo el superávit, al menos de la Nación (las provincias sí registrarán déficit este año). Aunque las cuentas públicas no quedaron afectadas, el mayor gasto del Estado presiona sobre el nivel de precios de la economía. Cerrar el grifo desactivaría esta presión pero la consecuencia sería un enfriamiento de la economía.

Todas estas medidas, sin embargo, aun cuando se tomaran de inmediato, no resuelven el problema "de hoy", sino el de mañana y, en el mejor de los casos, el de pasado mañana. Pero, como es moneda corriente en los últimos tiempos, la respuesta "para hoy" no vino desde el lado de la política económica, sino del lado del apriete y la consolidación de cuadros propios. Es decir, se intenta tapar el sol con un dedo.

LA "DELEGADA". A última hora del lunes 29, cuando llegó para asumir en su nueva tarea. Beatriz Paglieri se presentó como "la delegada de la ministra de Economía".

Desde ese mismo momento, los empleados del INDEC –cuadros técnicos no oficialistas– empezaron a hablar de "intervención". La función de la nueva directora de Precios es elaborar ("dibujar", dicen algunos) un IPC menor al que venía realizando Bevacqua, quien se resistió a aislar las variables que más aumentaron el mes pasado para morigerar el impacto.

Beatriz Paglieri, la reemplazante, "es Guillermo Moreno 100%", confiesa un economista que la conoce desde hace tiempo. En su tercer día de gestión, ya nadie dudaba de ello en el INDEC. Ese caluroso jueves, el 1° de febrero, Paglieri levantó la temperatura en el organismo oficial de estadísticas. Pidió la lista completa de los comercios donde se relevan precios, algo que a Moreno le negaron hace algunos meses, y cuya revelación violaría el secreto estadístico que firmó cada trabajador del INDEC. Al rechazo de sus subordinados, poco después se sumó un momento de tensión. Cuando 300 empleados le gritaban "que se vaya, que se vaya", Paglieri descubrió qué poco oportuno fue su pedido. A las 15:30, la flamante y resistida funcionaria abandonaba el edificio de Diagonal Sur y Perú por la cochera.

Hasta la semana pasada, Paglieri era los ojos y oídos de Moreno en la Secretaría de Agricultura, para el seguimiento de los precios de la carne y los granos, además de interlocutora con los empresarios del sector en representación de su jefe político. El mismo del que ahora debería guardar distancia profesional, en aras de mantener la transparencia y la credibilidad de las estadísticas oficiales.

Aunque el trabajo de los encuestadores arroje 2,1%, el número final será menos alarmista y menos real. El dedo está, pero el sol que tapa, y una escalada de precios tan caliente como el astro, también.

LA PURGA. A principios de año fue José Luis Maia, el director de Política Macroeconómica, quien perdió su puesto por la cercanía que supo tener con Lavagna. Ahora le tocó el turno a Bevacqua, que cometió el pecado de elaborar el IPC sin seguir "instrucciones" o "sugerencias" políticas. Y la purga podría continuar: "se vienen más cambios en el INDEC y el Ministerio", señala alguien cercano a Miceli.
Es más, ya hay otra candidata a tomarse vacaciones obligatorias: Clyde Trabuchi, directora de Estadísticas de Condiciones de Vida. Si el doblete Bevacqua/Trabuchi se confirma, el Gobierno pondrá gente propia a medir los índices de inflación y pobreza, los que más impactan sobre la opinión pública y el humor social. En un año electoral: bingo o pleno.

Por otra parte, en los casos de Maia y Bevacqua, decisión y reemplazo fueron sorprendentes. A Maia le pidieron la renuncia en tres horas. El caso de Bevacqua fue menos elegante aún: la impidieron la entrada al INDEC, la obligaron a redactar su licencia en un bar cercano, y mientras lo hacía le alcanzaron el contenido de su escritorio. "Acá tenés tus cosas", le dijeron secamente.

El lunes 29, mientras la sorprendida Bevacqua era protagonista pasiva de estos hechos, la reemplazante Paglieri ya estaba sentada frente a la computadora de la cual sale el IPC, y que perteneciera a la desplazada. Poco después, gente de la ministra Miceli comenzó a hablar de los "30 años en el Ministerio" y la "solidez técnica" de Paglieri. Una visión que, excepto en el círculo más próximo a la titular de Economía, nadie defiende.

"Por calidad profesional, no le alcanza ni para empezar a trabajar en el INDEC", dispara un funcionario del Gobierno. Su currículum formal habla de tres décadas en la función pública, y su cargo más relevante fue en el Ministerio de la Producción bonaerense: subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales entre junio de 2004 y diciembre de 2005.

PACTO. Hace algunos meses, parecía que la purga iba a comenzar por el titular del INDEC, Lelio Mármora. De hecho, así estaba decidido en el Gobierno hacia fines del año pasado, cuando Miceli le ofreció el cargo a un funcionario de la administración de Solá. El nombre del candidato no contaba con el visto bueno de Moreno y finalmente Kirchner consideró demasiado arriesgado hacer el enroque en los últimos meses del año, por temor a un impacto en los índices que afectaran todo el año.

De esta forma, la decisión se postergó a 2007. En los primeros días del año, el todavía jefe del INDEC se reunió con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. En ese encuentro, relataron fuentes de Gobierno, se le aseguró a Mármora su continuidad al frente del organismo estadístico, siempre y cuando no objetara ni le diera mayor voltaje político a los desplazamientos y reemplazos de cuadros técnicos.
El hombre cumplió. El despido de Bevacqua sólo provocó el impulso al silencio de Mármora, la "prueba de amor" que el Gobierno le pedía. Designado en su momento por Lavagna, hoy está firme en su cargo.

"Mármora se lavó las manos", se indignaban los empleados del INDEC. Fue el miércoles pasado, mientras un centenar de ellos protestaban públicamente por la suerte que corrió Bevacqua, a la que sentían como proyección de su propio futuro. "No a la intervención, no a la intervención", cantaban en señal de protesta.
La forma legal tampoco aparece clara. El decreto nombrando a Paglieri todavía no se promulgó, por lo que su nombramiento no es técnicamente una intervención; pero tampoco llegó al cargo por concurso, como sí lo había hecho Bevacqua. Estela Palomeque, la felicista secretaria de Legal y Técnica, ya encontrará la fórmula adecuada para desplazar sin echar. Los casos Maia y Bevacqua corroboran que echar a alguien del Estado es muy difícil, pero moverlos por decisión política, no.

Cuando se conozca un IPC de enero menor o igual al 1,5%, el Gobierno estará actuando como el personaje de Roberto Beninni en La vida es bella. En esa película, un padre se esfuerza por ocultarle a su hijo que viven la Segunda Guerra Mundial. La necesidad de callarse para no delatar su origen italiano, o la de esconderse para evitar soldados alemanes, son presentadas por el padre como juegos. Algo parecido podría ocurrir con la inflación en la Argentina. Pero un consumidor es más difícil de convencer que un niño incrédulo, y Guillermo Moreno está lejos de la candidez que destila Roberto Bennini.

Comentario de Argentina K

Las debilidades políticas.

Es de proporciones gigantescas, el costo político que el gobierno debe pagar, por la manipulación del dato inflacionario del mes de enero, metiéndose de lleno en el INDEC. La percepción de “doña Rosa” (como decía el “desaparecido” Bernardo N), es de precios que caminan (o corren) por otro andarivel. Ese 1.1% dibujado en enero no se lo cree nadie, y establece un precedente de falta de credibilidad sobre varios indicadores, como una mancha que se extenderá inevitablemente, sobre la superficie de otros datos oficiales.
Lo que quiso ocultarse, resultó mas evidente que nunca, y a nadie le sirve esta mentira absurda, que se acerca a la ciencia ficción.
A mi entender, es el tercer gran error de esta administración, luego de la reforma del Consejo de la Magistratura, y la apuesta fallida de las elecciones misioneras, todas en la linea de una intervención desmedida y desproporcionada del Ejecutivo en términos institucionales y poco entendibles, desde el punto de vista del rédito político.
Si bien es cierto que es urgente encontrar las formas de reducir el valor de la inflación y que, ciertos mecanismos de control, fueron relativamente eficaces en el corto plazo, el movimiento de los precios, va mas allá de ese valor mágico anunciado mes a mes. Se sienten inevitablemente en el bolsillo, se ven cuando se advierten notables diferencias entre los listados oficiales y los listados reales, en el caso de los precios de las verduras, en el día a día.
Loco!, la lechuga cuesta 4 mangos!, a mi no me engañas Felisa!


Entrevista publicada por revista "Noticias"
“Kirchner quiere la chancha y los veinte”.

El economista (Carlos Melconian) elogia el keynesianismo oficial, pero critica la tentación de manipular al Indec en vez de luchar contra la inflación.

Por José Antonio Díaz (desde Punta del Este) jdiaz@perfil.com.ar

Noticias: ¿Por qué sigue funcionando el modelo kirchnerista?
Carlos Melconian: Porque el 2001 fue sólo el vómito, la crisis la marcó el estallido de la Convertibilidad. Y empezamos a salir por una combinación de herencia, mérito y suerte, en proporciones iguales. Herencia, porque fue más fácil administrar la crisis post ’90 que la crisis post ’80. Es decir: en los ’90 hubo un cambio organizacional de la economía gracias a la sobreinversión y las mejoras tecnológicas y productivas. Y si no, pregúntele al campo por qué cosecha la cantidad de toneladas que hoy cosecha. Claro, quedaron problemas que el vómito, desprolijamente, intentó reencauzar. Y las secuelas sociales…

Noticias: ¿Una herencia noventista positiva para el actual modelo?
Melconian: Es que cuando digo herencia marco la inversión que se hizo, que pudimos capitalizar los años siguientes. Destaco la gran capacidad energética de esos tiempos, que nos permitió estar cinco años sin poner un peso con la economía creciendo muy fuerte y sin crisis energética. Destaco aquel Banco Central sin deudas, que permite hoy comprar dólares acumulando 42.000 millones de pesos de deuda, aunque la actual tasa de acumulación de deuda no pueda sostenerse en el futuro.

Noticias: ¿Y la suerte?
Melconian: La suerte es el contexto internacional. El mundo que le tocó vivir a Fernando de la Rúa, por ejemplo, era muy diferente al actual: tal vez ahora hubiera tenido más oxígeno. La bonanza latinoamericana, por ejemplo, es una realidad admitida internacionalmente…

Noticias: Algún mérito tendrá el Presidente…
Melconian: Tiene dos: en política y en política económica. El mérito político consistió en que, en una sociedad acostumbrada a caudillos y a seguir a tipos con autoridad, él supo recuperar el manejo del poder. Pasamos de la preocupación por un Presidente que había sacado menos votos que el radical Arturo Illia, y que había que sostener para que no se cayera, a un hombre que quiere quedarse en el poder el resto de su vida… Y el mérito económico consistió en demostrar que, así como la Convertibilidad fue la gran ‘pichicata’ para bajar la inflación del 5.000% al 0%, el keynesianismo expansivo que funcionó hasta el 2005 podía ser el remedio ideal contra la recesión, la deflación, el desempleo y los bajos salarios. Esa fue la lección.

Noticias: Ahora tenemos inflación, déficit energético, inversión retrasada, mega deuda de la provincia de Buenos Aires. El Gobierno niega todo y apela a los buenos índices de la macro…
Melconian: Cuando se habla de sustentabilidad, existe una gran tentación de ir a los temas de fondo y está bárbaro. Son todos esos temas que usted menciona. Y le sumaría otro más: tenemos que terminar de resolver lo no resuelto, que se propagandiza desde el Gobierno como ya resuelto y no lo está, la deuda. Pero hay una cuestión bien profunda que no mencionó: la macroeconomía. Que no es inversiones, ni energía, ni déficits provinciales, ni deuda… Es la inflación, el tipo de cambio, la política monetaria y fiscal. ¿O la política monetaria del Banco Central no es un tema pendiente, tanto o más que la energía o la inversión que se han popularizado como pendientes? Sí, es recontrapendiente. Pero la preocupación oficial es evitar que se corte la luz en los siete barrios de la Capital donde se puede armar un despelote con los vecinos…

Noticias: ¿Usted aconsejaría entonces una especie de service macroeconómico, un reajuste? Porque todos coinciden en que la macro, justamente, es lo que mejor anda.
Melconian: Si tomamos tasa de crecimiento económico, tasa de empleo y salarios y tasa de inflación, podemos hacer un primer decantamiento. ¿Cómo está la Argentina? Cuatro años creciendo al 9%. Y con un desempleo que bajó genuinamente: hasta es paradójico que un gobierno propagandístico no propagandice más que, aún habiendo aumentado la tasa de actividad en el país, o sea la cantidad de gente que busca trabajo, el índice de empleo haya bajado durante su gestión a un porcentaje cercano a un dígito. Algunos críticos dicen que el Gobierno encubre algunos puntos con los Planes Jefes y Jefas: nada que ver. La baja es genuina. Y está la inflación, es el índice menos creíble. No hace falta ser economista o empresario para saber que el 9.8% del 2006 no fue real. Entonces, ¿la macroeconomía anda bien? En parte, muy bien. Y en parte, más o menos. Porque la macro es la suma de esos indicadores, más el aturdimiento mensual sobre el consumo: shoppings, cines, autos, construcción, shoppings, autos… ¿Y las cosas están tan mal que hay que hacer un service macro? No, pero como venimos con el fierro a fondo, en algún momento se va a necesitar un service…

Noticias: ¿Ese ajuste entonces no pretendería negar los éxitos sino poner la atención en otros puntos?
Melconian: Lo pondría así: o el Gobierno ve la necesidad de un service de la macroeconomía o sigue con el capricho de querer ‘la chancha y los veinte’. Estoy tentado a decirle que el Presidente está muy entusiasmado con ‘la chancha y los veinte’, incluso si no hubiera elecciones. Pero con elecciones, más. O sea, quiere conservar la actual tasa de crecimiento, pero sin inflación. Quiere sostener el dólar a 3.10 ó 3.12 en un país exportador de alimentos, pero mantener congelado los precios internos. Quiere mantener la tasa de interés para el depositante, en términos reales negativa, pero que haya créditos de largo plazo a un interés barato. Quiere tarifas residenciales de los servicios congelada, pero que a la vez haya inversión en energía y que no se corte la luz. Quiere continuar emitiendo moneda para mantener alto el dólar, pero que el Banco Central tenga superávit cuasifiscal. La ‘chancha y los veinte’ tiene el problema de los cortocircuitos de la economía real...

Noticias: La inflación, por ejemplo...
Melconian: Claro. El promedio mundial de 180 países, si se excluyen los que tienen dos dígitos, da una tasa de inflación del 3%. ¿Quiénes tienen dos dígitos? Afganistán, Venezuela, Nigeria, Rusia, Turquía, Zambia, Uzbekistán, Ghana, Irán, Surinam, Serbia, Congo, Moldavia, Kenia, República Dominicana, Guinea, Yemen, Haití, Jamaica, Togo y Zimbawe… Y Argentina. De esos 180 países, sólo cinco no crecen. Es el mejor mundo de los últimos 40 años: es una suerte, y a la vez, un desafío para autocorregirnos. El service sería cómo encontrarle un equilibrio a la ‘chancha y los veinte’.

Noticias: ¿Y también significaría enfriar la economía?
Melconian: En el debate incivilizado de la Argentina de hoy, del que participan algunos colegas míos y ciertos funcionarios del Gobierno, está esa idea. Pero deberíamos demostrar que se puede bajar la inflación -y lo tenemos que hacer, pese a los números de Moreno- sin enfriar la economía. Ir a la tasa de inflación internacional no supone abandonar el crecimiento. Discutámoslo, animémonos.

Noticias: Pero lo que se discute ahora es el índice del Indec, no la inflación. ¿Qué opina del intento oficial de manipular la encuesta de precios?
Melconian: El tironeo en el Indec por el índice de inflación tiene varias aristas. Una hace a la institucionalidad. Otra a la inflación "alta" como tema estructural que se ha vuelto a instalar en la Argentina. Y finalmente, y casi como hecho anecdótico, el 1.1% de enero propiamente dicho. La forma y la oportunidad de los cambios en el Instituto no fueron las más adecuadas. No significa que los Institutos de Estadísticas sean perfectos e intocables. Por supuesto que siempre se pueden mejorar. Pero hacer creer que así se mejora profesionalmente la elaboración del índice, es embarrar la cancha y suponer que hay 40 millones de giles. Claro, ahora hay dudas, suspicacias y confusión. Lo del Indec es un eslabón más de la cadena en la que el fin justifica los medios. Los insultos de mafia y todo eso no merecen ni ser comentados. Es una vergüenza, aún para aquellos que nos jactamos de haber nacido y mantenido los códigos de barrio: en el barrio, el mafioso y forajido es un jodido mal, por lo que esa calificación para la gente del Instituto es realmente un disparate que merece una disculpa pública...

Noticias: ¿Por qué cree que el Gobierno es tan negador de la inflación?
Melconian: Porque corre de atrás... El actual programa económico es cebador de la demanda interna y pro-inflacionario por los niveles de inversión que hoy tiene la economía. El año pasado se contuvo la estadística inflacionaria, no la inflación, controlando precios, prohibiendo exportaciones y manteniendo congeladas y subsidiadas las tarifas residenciales y el transporte de pasajeros. Pero está instalado un piso alto de inflación. Por eso, cualquier suba puntual mete ruido y obliga al Gobierno a correr detrás de los acontecimientos. Este enero fue la medicina prepaga, otras veces fue la carne, las expensas, los encargados, los colegios, el pan o la leche. La realidad es que los precios están para subir 1% por mes y los controles son cada vez más costosos y menos eficaces.

Noticias: ¿Venía tan mal el índice de enero para que el Gobierno se descontrolara así?
Melconian: El mes venía para el 1,7 ó 1,9% de inflación. Era una muy mala señal, porque se hubiera comprobado que, con control y todo, la inflación del mes y del trimestre es ahora superior a la del año pasado, que fue la que hizo reaccionar al Gobierno. Para redondear el 1.1% influyeron el turismo y la medicina prepaga. Justamente, fueron los rubros donde el relevamiento del Indec generó más dudas por lo bajo de sus guarismos. Es decir: para el Instituto los precios del sector turístico casi no aumentaron, cuando tuvimos la mejor temporada turística de los últimos 15 años. Como mínimo, luce raro. Igual, más allá de lo puntual y de las dudas, si se mira cada ítem de la encuesta prácticamente la generalidad del índice está subiendo en torno al 1% mensual, salvo las tarifas que están congeladas. Por lo tanto, a partir de ahora, todos los meses habrá cimbronazos...

Noticias: ¿Diría que el Gobierno no sabe qué hacer?
Melconian: Mire, desde lo profesional y la buena leche, yo mismo coincidí en la necesidad de calmar las expectativas inflacionarias. Lo mismo hice públicamente con los recientes cambios provisionales. No me tiemblan las piernas porque las políticas públicas sean activas. Pero el Gobierno primero te toma la mano y termina agarrándote el brazo: creo que se cava su propia tumba aún con los que le dan la derecha.

Noticias: En una palabra, el 2007 está perdido para hacer ese service de la macroeconomía: hay elecciones…
Melconian: Sí, claro. El objetivo político del Gobierno, claramente, es no bajarse de ‘la chancha y los veinte’. Porque entre la herencia y el mérito, la suerte fue creciendo: en el último tiempo, la espectacular suba de los precios internacionales hizo que el Gobierno pueda darse el lujo de seguir aumentando las retenciones y que haya sectores del campo donde es igual de fuerte su decisión de ir al paro como la necesidad de seguir ganando plata. Es todo tan favorable que da para todo. ¿La familia ordenó la empresa? No, pero están ganando tanta guita que no importa que los hermanos estén todos peleados y que el viejo haga lo que quiera: entra tanto que les conviene a todos. El Gobierno quiere seguir a 180 por hora, mira al mundo y ve que le da el cuero. Entonces: Plan Quinquenal yo no quiero, pero me gustaría saber qué harán con la economía en los próximos cinco años.

Noticias: ¿No será que funciona la impunidad de una buena Caja y eso mata la política, incluso la oficialista?
Melconian: Puede ser… Cuanto más inocente me hago ante su pregunta, más interrogantes quiero dejar. Pero ojo: bonanza macroeconómica ha significado una Caja infalible en todos lados. La bonanza macro que le dio el cobre a Chile es equivalente a la bonanza de las retenciones a la soja aquí. Pero Michelle Bachelet armó un fondo para la década siguiente para afrontar el problema de un sistema jubilatorio que va a tener más beneficiarios que aportantes. Y ella no sabe quién va a gobernar Chile dentro de diez años. Y nenes de pecho no deben ser: saben lo que es una Caja rebosante de recursos, la diferencia es que no se la patinan ni la rifan y van encanutando todo lo que haga falta.

Noticias: ¿Por dónde empezar para que esto no sea sólo un esquema económico rentable sino un modelo de desarrollo estable para los próximos 15 ó 20 años?
Melconian: Claro, está muy bien esa opción… Pero el 2007 va a ser el año del enamoramiento del actual esquema. Así fueron el ’97 y el ‘99: con Roque Fernández parecía que se había superado la Cavallo-dependencia y el mundo nos sonreía tanto como ahora, apareció el piloto automático liberal; y con la Alianza, surgió el otro piloto automático, la continuidad de la macroeconomía de la Convertibilidad menos Menem. Eso en medio de la falta de rentabilidad y de competitividad, pero ganaron y se enamoraron de la fórmula. En ambos casos, era el momento de replantearse las cosas, antes de que se pudriera todo. Ahora me dicen: ‘Pero hay superávit fiscal’. Sí, y antes decían, los menemistas y después los antimenemistas de la Alianza: ‘Si hace falta, dolarizamos’. Ahora estamos todos enamorados del keynesianismo anticrisis.

Nestor Kirchner, alias "pingüino"

Nestor Kirchner, alias "pingüino"
Kirchner, accedió a la presidencia con el nivel más bajo de votos jamás registrado en la historia argentina, el 25 de mayo de 2003. Pudo impulsar desde las exportaciones una tasa de crecimiento del PBI cercana al 10%, durante 4 años consecutivos. Tuvo éxito, además, en sacar al país de la cesación de pagos más grande de la historia mundial: canjeó la deuda soberana, de valor nulo tras la crisis del 2001, por nuevos bonos indexados por la inflación y el índice de crecimiento económico. Los índice de pobreza y de desempleo disminuyeron notoriamente. Conceló la deuda con el FMI, otorgando soberanía al país. Logró atraer inversiones, a pesar del aislamiento financiero "pos default", y se alineó con Venezuela y los países del Mercosur, criticando el ALCA. Aplicó una política de defensa de los derechos humanos, promoviendo el juicio a los culpables del terrorismo de Estado, de la última dictadura militar. además de lograr una exitosa reforma de la Corte Suprema de Justicia. Su muerte, en octubre de 2010, produjo una importante conmoción y movilización popular, en donde los jóvenes, aparecieron definitavamente como protagonistas de su legado político